Después de los exámenes y los procesos entramos en una nueva etapa en esta preparación y también en el grupo. Cada día conocemos cosas nuevas y si nos decidimos, podemos aprender de esto, de lo bueno y lo malo, de las personas que nos rodean; los invito a seguir aprendiendo también de Cristo porque él es nuestro ejemplo, la guía para nuestra vida personal, en familia, en sociedad y en la Jornada.
Es por él que estamos aquí trabajando, para que otros jóvenes lo conozcan y nos toca demostrarlo, seguir firmes en nuestra labor y confiar en el equipo que hemos formado. Ya nos conocemos, recibimos conocimientos y nos preparamos espiritualmente, aunque todavía nos falta.
Siempre podemos aprender, y si aprendemos de el maestro de maestros que es Cristo, tendremos plenitud en nuestra vida, él siempre está a tu lado ábrele la puerta y no lo sueltes.
La fe y el amor
nos ayudan a superar los miedos
y a llevar una vida llena de paz,
de esperanza y de alegría
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